Las tartas de queso son una perdición. Todas me gustan y ésta no es una excepción. Fácil, sencilla, jugosa y deliciosa una buena razón para disfrutarla bien en familia, con amigos o en cualquier otra ocasión.
Llevaba mucho tiempo oculta en la carpeta de pendientes y no encontraba el momento oportuno para hacerla pero gracias a la Eurocopa he visto la excusa perfecta, no porque celebre nada en concreto, sino porque es una buena manera de olvidarse de la tele y del fútbol por un buen rato, mientras los demás están como tontitos disfrutando del partido.
Ingredientes:
Base:
200 gr de galletas digestive25 gr de azúcar
80 gr de mantequilla derretida y fria
Relleno:
225 gr de queso crema a temperatura ambiente
450 gr de queso Ricotta (o requeson) a temperatura ambiente y escurrido
200 gr de azúcar
25 gr de maicena (1 cucharada colmada)
1/4 cucharadita de sal
4 huevos grandes XL a temperatura ambiente
ralladura de 1 limón o naranja
1 cucharadita de extracto de vainilla
Modo de hacerlo:
Engrasar un molde desmontable de 20 cm y envolver por fuera con una capa doble de papel de aluminio (si se hace al baño maria).
Base:
Reducir las galletas a migas con un robot de cocina o con el rodillo.
Añadir el azúcar y verter encima la mantequilla derretida y enfriada.
Mezclar formando unas migas y cubrir la base del molde presionando para que queden adheridas.
Poner en la nevera durante 30 minutos aproximadamente. También se puede hornear la base de galletas en el horno 5 minutos a 180º.
Relleno:
En un robot de cocina o batidora poner el queso crema y batir 2 minutos a velocidad lenta hasta conseguir una crema suave y sin grumos.
Añadir el azúcar y mezclar 1-2 minutos hasta que se integre. Añadir el queso Ricotta y batir otros 2 minutos hasta que se ponga cremoso.
Agregar la maicena y la sal y mezclar durante 1 minuto hasta que se integren.
Añadir los huevos uno a uno y mezclar durante 30 segundos hasta incorporarlos todos (batiendo entre uno y otro). No añadir el siguiente hasta que no se haya integrado el anterior.
Por último añadir la ralladura y el extracto de vainilla mezclando hasta que queden bien incorporados.
Sacar el molde de la nevera y verter la crema de queso. Introducir en una bandeja al baño maria (el agua debe estar casi hirviendo) y que cubra el molde hasta la mitad.
Bajar la temperatura del horno a 160º.
Hornear durante 70-75 minutos o hasta que los bordes estén ligeramente dorados pero el centro tiemble al moverlo. Retirar el molde del baño maria y enfriar 10 minutos sobre una rejilla. Después pasar una espátula o cuchillo afilado por los bordes para que al enfriarse no se agriete el pastel.
Cubrir el molde y enfriar en la nevera durante al menos 4 horas o toda la noche.
Media hora antes de servir el pastel se desmolda quitando el aro con cuidado y se procede a la decoración.
Podemos decorarlo con una salsa roja o mermelada y frutas rojas.
Para la cobertura he utilizado una mermelada de frutos rojos y frambuesas,grosellas y arándanos para el adorno que ahora los podemos disfrutar en plena temporada.
Nota: Este pastel queda un poco alto en este tamaño de molde.Si lo quereis más bajo utilizar uno más grande (23 cm) y reducir el tiempo de horneado unos 5-10 minutos.
Espero que lo disfruteis.
Hasta la próxima.
Estas delicias no tendrías que dejarlas que se oculten en una carpeta... nos las tienes que traer porque tienen una pinta fantástica :)
ResponderEliminarbesos
Un postre delicioso. Bien fresquito en la nevera, muy apetecible para estas calores.
ResponderEliminarBesos!!
madre mia que pinta!
ResponderEliminarHola peque ya echaba yo de menos tus comentarios jaja ja
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarUna tarta que siempre gusta y que con estos frutos rojos enamora con solo verla.Muy bien aprovechado el tiempo mientras otros siguen la pelota.
ResponderEliminarBss