Hasta hace muy poco tiempo las alcachofas era una hortaliza vetada en casa ya que a ninguno nos gustaba, hasta que un día ví a Carlos Arguiñano utilizarlas como acompañamiento de un plato. Lo que me llamó la atención fue que únicamente las hervía un poco y luego las freía. Fue entonces cuando me animé a probarlas y prepararlas así. Me gustaron muchísimo. Desde entonces las preparo de vez en cuando aunque solo para mí porque a los demás siguen sin gustarles.
Hoy traigo esta versión que es como a mí me gustan. Ya iré poniendo otras alternativas a medida que vaya experiementando con ellas. Este es un plato sencillo pero muy rico y como ingrediente principal la alcachofa, si es que queda alguna despues del temporal y el frio intenso, ya que la mayoría se han helado y perdido la cosecha, pero supongo que alguna quedará.
Si no encontramos frescas podemos usar las congeladas.
Ingredientes (2 personas):
4 alcachofas
2 patatas medianas
2 dientes de ajo
1 cebolla
aceite
sal
perejil y pimentón para adornar
1 limón
Preparación:
Pelar la cebolla y cortarla en tiras. Pelar y picar los dientes de ajo en láminas.
Pelar las patatas y cortarlas en trozos irregulares. Quitar las hojas exteriores a las alcachofas y cortar las puntas y el rabo. Frotar la superficie cortada con medio limón para que no se oxide.
Poner una cazuela al fuego con abundante agua. Echarle sal, unas ramitas de perejil y medio limón. Llevar a abullición y echar las alcachofas. Cocerlas durante 10 minutos a fuego medio. Escurrirlas, secarlas y cortarlas en cuartos o en octavos.
Rebozarlas ligeramente en harina quitando el exceso y freir en abundante aceite caliente unos minutos hasta que estén doradas. Sacarlas y dejarlas escurrir sobre papel de cocina. Colocarlas en una fuente de servir.
En el mismo aceite freir las patatas hasta que queden doraditas. Escurrir sobre papel de cocina. Una vez escurridas colocarlas en la fuente de servir. Salarlas muy ligeremente.
Quitar parte del aceite dejando 3-4 cucharadas y freir los ajitos y la cebolla que quede ligeramente dorados. Salar ligeramente. Sacarlos y distribuir sobre las patatas y alcachofas. Espolvorear por encima un poco de perejil picado y pimentón.
A mi las alcachofas me encantan de cualquier manera. Es un buen truco para que queden tiernas, yo también las confito con agua y luego las salteo con un poquito de aceite, están de vicio. Besos!
ResponderEliminarAna de: 5 sentidos en la cocina
A la única que le gustan en casa es a mí y, la verdad, me da pereza prepararlas para mí sola. Me conformo con admirar tus fotos. Besos.
ResponderEliminarA mí me encantan las alcachofas, pero solo las uso con la menestra.
ResponderEliminarEl plato que has preparado me parece tan absolutamente delicioso que lo probaré esta semana.
Soy una gran amante de las ajadas con pimentón sobre platos de verduras o pescado.
Un beso!
Ummm una receta muy rica, a mi me encantan pero normalmente las hago en menestra así que probare a hacerlas así y cambio un poco, en mi casa pasa como en la tuya , solo me gustan a mi. Besitos
ResponderEliminarDesdeluego el aspecto es inmejorable !!!
ResponderEliminarMe lo apunto que me ha gustado la idea ;)
Besinos guapa.
No te puedo creer que no les gustaban las alcachofas, para mi una delicia y un lujo, son caras aqui.
ResponderEliminarHay platos tan sencillos y uno que se complica tanto....me llevo tu receta, divina!
Un beso.
una combinación magnifica y un resultado muy bueno,me encanta como lo has hecho.
ResponderEliminarbeso
A mí me encantan con jamón, son exquisitas. Tengo que probar este salteado que has hecho, se ve estupendo con las patatas, mmm!!!
ResponderEliminarPues a mí desde pequeñita me han encantado las alcachofas, mi madre nos las hacía fritas y estaban riquísimas! pero eso de hervirlas primero antes de freirlas nunca lo había oido, tendré que probarlo.
ResponderEliminarUn besito
Hola, hace unos días probe tu receta y me encantó.
ResponderEliminarHoy ya la he publicado en el blog.
Gracias por compartir.
Un beso